Los chuchos
Mabel respira profundamente y piensa que es lo que va a hacer, espera a que Sebas regrese para discutir con el? Para qué? -«Mente fría, mente fría , mantén la mente fría» y decide que la mejor opción será relajar su enojo, esto es algo que aprendió hoy de su amiga Nereyda.
Bajó a la cocina se preparó un té y llamó a Guillermina -no me encuentro bien, subiré a acostarme, por favor prepare la cena y acueste a los niños, cuando llegue el señor le indica que tengo jaqueca y que no bajaré a cenar.
Subió a su habitación con el té en una mano y el teléfono en la otra. -«que hago ahora»
Se tomó el té pero tenía el estómago como revuelto y sentía como unos escalofríos le recorrían el cuerpo entero «al final, me encontraré mal de verdad» pensó.
Se dió una larga ducha caliente y se acostó, pero miles de ideas rondaban por su cabeza y su estómago cada vez se revolvía más. «Creo que lo mejor es que duerma, las noches son largas y la de hoy seguro será eterna». Así que se tomó una de sus maravillosas pastillas y en apenas diez minutos estaba dormida.
Se despertó a la mañana siguiente, mira su reloj… las 10:30 perfecto, a esta hora la casa estaría vacía, estaba sola!
Agarró su teléfono y llamó a Renata. -buenos días querida, necesito tu ayuda.
-hola Mabel, dime, tengo 15 minutos antes de mi reunión en casa de tu vecina, estoy en camino hacia ahí, cuéntame.
-Necesito hablar contigo de un tema muy serio- a Mabel se le notaba por su tono de voz que realmente hablaba en serio -tu sabes como quitar una copia de las grabaciones del sistema de seguridad?
-Mabel, a qué viene eso… estás bien ? Que ha pasado?
-Estoy bien, no te preocupes, después hablamos, vale?
-En cuanto termine la cita me paso por tu casa.
Ambas colgaron el teléfono a la vez.
-Buenos días señora quiere que le prepare café? Se encuentra mejor? Como ha pasado la noche?- le pregunta preocupada su criada.
– un café estaría estupendo Guillermina, gracias. Ayer los niños se acostaron temprano?
-si señora, a las 9 estaban en la cama como siempre, cuando el señor llegó ya estaban dormidos.
Mabel hizo como que no le importara el comentario, aunque realmente le dolío, porque eso significaba que Sebas llegó más tarde de las nueva, mejor no saber, ni pensar, donde estaría hasta esa hora -saldré al jardín a desayunar, si alguien llama dígales que no estoy en casa. – dice confiada Mabel
-entendido señora, ahora mismo le llevo el desayuno afuera.
Salió al jardín y se sentó a tomar su café relajada, allí, sin ruidos, en aquel silencio y su café caliente hacia que pareciese que todo estaba bien, que todo fluía tranquilamente y ahí es donde entendió todo, ahí es donde entendió todo lo que quería hacerle entender el día anterior su amiga, sí al fin lo entendió… el mundo sigue girando, sigue moviéndose a pesar de que estés hecha una mierda, sólo tu sabes lo que sucede y nadie se para a preguntarte cómo estás… todo sigue su curso, todos siguen sus vidas y no la pararán sólo por saber si tú estarás bien o mal… fué entonces cuando lo entendió, así que pensó para sí misma «esto lo resuelvo yo, para bien o para mal».
Y de repente el agudo sonido del celular interrumpe sus pensamientos.
-holaaaa Mabel? Estoy aquí en casa de Linda y me está diciendo si te apetecería tomar un café, solo tienes que cruzar el jardín.
-ummm …- se hizo un sonido extraño.
Renata le dice susurrando pegandose al micrófono lo más que pudo – escucha, sólo si te apetece, si no quieres le digo cualquier cosa.
-sí, estará genial, esperarme en 10 minutos estoy ahí , tengo ganas de conocerla – sin esperar la respuesta, cuelga el teléfono y sube apurada las escaleras para cambiarse.
Mabel se enfundó en su chandal nuevo de Chanel , que recién se lo enviaron de su tienda favorita de Miami. La ocasión merecía la pena para estrenarlo, no todos los días se conoce a los vecinos nuevos y aún encima que estos sean famosos.
Salió de casa cruzando el jardín y al pasar al otro lado de los matorrales que separan ambas fincas, divisó junto a la casa a Mabel junto a una mujer morena, sentadas en una enorme mesa, con una enorme sombrilla sobre ellas, estaba tan concentrada en enfocar su visión que no se percató como dos estúpidos perrillos iban corriendo hacia ella ladrando como locos.
-joder con los chuchos! de quien demonios serán? Grita mientras intenta separarlos con pataditas.
-Paris… Hilton… Paris!!! Déjenla pasar- dice una hermosa voz.
-«ohh dios mio son de ella»-piensa maldiciéndose – buena forma de empezar… ahora pensará que estoy loca o que odio los animales.
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